Dios es una mujer Queer: la trágica historia de una falsa reina. - Parte 1
- javierenriquez
- 2 nov 2020
- 9 Min. de lectura
Todos vienen a Hollywood Quieren tener éxito en el vecindario Les gusta el olor de eso en Hollywood ¿Cómo podría esto lastimar cuando se ve tan bien? (Madonna, 2003).
¿Acaso solo somos representaciones sociales creadas por nosotrxs mismxs y por lxs demás para satisfacer el sector de la mercadotecnia sexual?
Cuando Madonna resurgió en los escenarios en el año 2003, un año en el que una joven Britney Spears y una sensual Christina Aguilera se encontraban en la cima de sus carreras musicales, llega la reina de la reinvención y del pop.

Pisaba el escenario de los Video Music Awards (MTV) con una de las canciones que la consolidaron de por vida “Like a virgin” cantando con las dos princesas del pop vestidas en cortos vestidos de novia y ligeramente bronceadas, símbolo de sensualidad.
Lo que pasó después fue un beso que transformó las premiaciones musicales y obligaba a las siguientes generaciones de cantantes a exigirse aún más de lo que ya daban debido a que fue una de las pocas veces que la televisión no censuraba acciones que suponían una intromisión a la familia tradicional de ese momento.
Justo al final de la canción, Madonna corona a Britney y Christina como las princesas absolutas, y sus carreras tuvieron mucho más éxito a partir de ese momento, los noticieros de todo el mundo enfocaban su atención sobre el hito de la reina

de la música y la cultura popular, una mujer que revolucionó la sexualidad femenina y pretendió eliminar el tabú de la desnudez, una cantante, una artista que llegó a Hollywood y se apropió ella misma y de su imagen controvertida y exitosa, podría obtener todo el dinero que ella quisiera con tan solo 10 segundos de un video.
El mundo entero tenía a Madonna, la reina de las mujeres, la reina queer por excelencia gracias a canciones, videos, comerciales y sobre todo el apoyo que ha brindado desde sus organizaciones en contra de la homofobia.
Madonna era distinta y no le molestaba demostrarlo, es por ello que la comunidad LGBTTTIQA+ comienza a gritar sus nombres en la calle, comienza a demostrar su verdadera sexualidad y se comienzan a crear una imagen de ellxs mismxs.

Haciendo frente a una cultura patriarcal y opresora, individuxs que no simpatizan con idealizaciones religiosas y políticamente correctas, comienzan a generar un aprendizaje social, impartido por la reina de la música, desde niñxs hasta gente de edad mayor gustan de esta revolución sexual que Madonna ha iniciado, ahora se puede ver a jóvenes usando faldas de cuero enseñando las nalgas o los calzones, playeras minúsculas y transparentes, mujeres sin sostén y cuando era fin de semana las discotecas se encontraban a tope para bailar los éxitos del momento, esta tendencia empieza a ser una constante de la vida de adolescente, donde ya no importa si te identificas como una persona queer o gay, da lo mismo porque entonces el pilar opresor de la familia no importa porque ya existe una libertad de sexualizar tu propio cuerpo, se genera un empoderamiento aprendido de las estructuras idealistas (música) y se rige un cambio que se hace notar en la actualidad.
De esta manera como lo plantea Bandura (1982), todxs lxs individuxs nacemos con ciertas conductas innatas que se refuerzan con ciertos motivantes y a medida que vamos creciendo las aprendemos por completo, de tal forma que hemos comenzado a generar un aprendizaje basado en ciertos modelos frente a los cuales desarrollamos un apego emocional y social ya que la mayor parte de estas conductas que hemos desarrollado son aprendidas a través del modelado que observamos en la sociedad general.
Enfatizando la teoría con el ejemplo, Madonna y las divas pop del momento tienden a ser el modelado para las personas que no tienden a seguir los patrones sociales que impone la estructura, por ende se convierten en un molde para imitar y aprender socialmente, generando una repetición de las conductas, emociones y significados personales.
La falsa reina es solo una máscara
Recordemos que ser queer en términos radicales para Preciado (2017) es:
“…un movimiento de disidentes de género y sexuales que resisten frente a las normas que impone la sociedad heterosexual dominante, atento a los procesos de normalización y de exclusión internos a la cultura gay: marginalización de las bolleras, de los cuerpos transexuales y transgénero, de los inmigrantes, de los trabajadores y trabajadoras sexuales…”
Asimismo para la autora eran “queer” los invertidos, el maricón y la lesbiana, el travesti, el fetichista, el sadomasoquista y el zoófilo. El insulto “queer” no tenía un contenido específico…

Es por ello que significarse queer se ha reconfigurado a través de los años ya que la palabra queer se ha transformando y ha ido adquiriendo nuevos significados anti peyorativos que

ilustran a una nueva generación con sabiduría, enmarcados en una resistencia ante conductas heteronormadas sexistas que han sido recreadas en espacios de política, académicos, familiares, feministas y dentro del mismo acrónimo LGBTIQ+.
Llevando a estos sectores a fijar la mirada en el mundo hollywoodense, impactando en la cultura y sociedad, bombardeado de figuras y personajes mediáticas que por el simple hecho de ser artistas y conocidos por gran parte de la población y completamente distintos a lxs artistas clásicos que por cuestiones de familia y cultura dejaron de ser relevantes para lxs jóvenes y comenzaron a identificarse con una Madonna en sostén de picos, con Jackson tocándose los genitales en todo momento o Bowie transformándose y tomando las máscaras de sus múltiples personajes con los que actuaba.
Este impacto del que se habla ha llegado hasta los cuerpos sexuados creadores del monopolio más grande de la humanidad, el monopolio de la sexualidad ya que la música vende sexo y vende inclusión, te da un nuevo concepto para que se siga comprando y generando un mayor número de adecuaciones y de normalizaciones entre la cultura de la homofobia y de la discriminación.
Ahora queremos ser reinas, nos creemos diosas de la pista de baile que es nuestro camino a la escuela, al supermercado, al trabajo o al centro nocturno donde vamos a bailar un “Vogue”, pero perdemos de vista que estamos siendo observados por el panóptico de Foucault (1999) explicado por Valencia & Marín (2017) quienes explican que no somos libres aunque nos creamos diosas, nos grita que alguien que no s va a cobrar la entrada de la disco es dios porque nos pone reglas en aquel lugar de reflectores de colores, nos están

vendiendo y nos estamos vendiendo porque finalmente aquel lugar vende sexo y nosotrxs somos sexo danzante dentro de aquel lugar, quien pase por ahí querrá entrar y entonces ya nos hemos transformado en un marketing exponencialmente mortal para una sociedad marcada por una generación sexual que nos sigue hasta el día de hoy.
Es por ello que existe una subjetividad social e individual que es parte de un mismo sistema, dentro del cual las contradicciones entre estos dos niveles de organización se convierten en producciones de sentido que participan del desarrollo de los sujetos y de la sociedad de forma simultánea (Gonzáles, 2006, p. 46).
Por lo tanto las empresas que promueven el medio artístico y lxs mismxs artistas tienen una subjetividad totalmente distinta a la del bloque social queer y pueden ocurrir diferentes sucesos, se crea un gran conflicto porque la información subjetiva para los bloques represivos no ha sido tomada como la subjetividad del bloque queer que se encontraba

establecida y se genera de alguna manera una rebelión, o en caso contrario, la subjetividad de los bloques represivos ha sido tan acertada que los bloques queer han tomado y han interiorizado la información, generando que, si se trata de una venta comercial, el producto se agote y se siga usando una imagen queer con fines de lucro en el mercado donde no se vende un producto, sino la idealización de la inclusión frente a lxs cuerpos y lo que supone un gigantesco marketing es que dejan de usar figuras queer y transforman a los artistas en uno como a Britney Spears para los anuncios de Pepsi en el Super Bowl.

Un claro ejemplo de cómo el marketing la absorbió por completo al grado de manejar su vida por completo, desde qué canción usar hasta qué vestuario se ponía para un evento de premios, de esta manera, Spears se coronaba no solo como una princesa sino como otra reina pero en este caso una reina que era vendida al costo mínimo, ya que ella había dejado de importar, ahora el sexo que le obligaban a ofrecer era lo verdaderamente importante para los aparatos represivos de su estado.
Y así como ella existen muchas personas que son falsas reinas, sin control de sus vidas y esperando a que alguien más se apropie de ellas y sea representado ante una sociedad capitalista.
¿Pero qué es realmente una representación social de nosotrxs mismxs? ¿Será acaso que esta perspectiva puede ir más allá y llegar a los límites existenciales de Jean Paul Sartre, Soren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche? O es solo una perspectiva convenida de una identificación de género, sexual y mercadológica.
Me parece inquietante suponer que lo que el ser humano está buscando, es que alguien que simbolice y represente un “algo” viral y adquirirlo como parte de su personalidad e identidad social para después pensar que ese ser humanx es únicx cuando en realidad se encuentra hecho de copias de mercadotecnia vendida por nosotrxs mismxs.
Pero entonces me encuentro con otra interrogante mucho más amplia puesto que si suponemos que los sectores poblacionales que no se encuentran inmiscuidos en el mundo de Hollywood generan una copia casi exacta sobre una mercadotecnia ¿Cómo adquirieron estxs artistas esta imagen? ¿Cómo se le ocurrió a Madonna besarse con Britney y Christina? ¿Por qué Miley Cyrus explotó su sexualidad al máximo en el año 2013? Todas estas interrogantes me llevan a un laberinto sin salida completamente idéntico al que fue primero, el huevo o la gallina.
Liberación subjetiva de la reina
De esta manera debemos cuestionarnos si en realidad cada individuo es el únicx responsable de su propia vida o estamos destinados a seguir el camino que el capitalismo quiere para cada unx de nosotrxs.

“La persona es, entonces enteramente distinguible de un organismo rodeado por cosas y actuando con referencia a cosas, incluso partes de su propio cuerpo” (Mead, 1999).
Es decir que estos objetos del exterior pasan a formar parte del yo mismo, de la persona como tal, puesto que la persona es encargada de interiorizar cualquier acto conductual observado en las comunidades para poder generar integración en estas sociedades. De esta manera la persona se vuelve objeto para sí mismx al integrar objetos externos para sí y para ingresar a esta parte social.

Asimismo, puede generar en el individux un distanciamiento, observarse a sí mismx como si estuviese fuera de sí mismx y evaluarse como su propix observadrx para convertirse en una persona eficiente y adaptativa a su propia realidad, el cual se encuentra distanciado de su propio comportamiento.
La persona consolidada en los organismos sociales actuando dentro de su entorno social y rodeado por los diferentes objetos, generando libertad y espontaneidad social. De esta manera el yo depende del otro interiorizado y de las conceptualizaciones que compartimos con los demás.
Asimismo, esta persona es capaz de surgir de sí misma y de continuar aprendiendo con completa libertad social de los demás grupos o personas objetos. De esta manera la persona se convierte en sí misma y se conduce individualmente haciendo o generando cambios positivos en una sociedad
Tal como expone Habermas (2008) en la teoría acción comunicativa, existe una democracia radical que da como ejemplo a un sistema social entendido como un mercado y su burocracia, es cuando ya no se puede negociar ningún tipo de emoción y no hay ninguna manera individual o comunitaria de resolver, sino todo lo contrario, se resuelven estos problemas por conflictos de intereses mediante el poder y el dinero, lo cual lleva a una acción comunicativa completamente pragmática donde toda una economía de cualquier tipo es resuelta por poder.
Señoras y señores, tengo una historia que contar,
sobre Mona Lisa y como, de repente, cayó.
Todo el mundo la conocía, la conocían, oh, muy bien,
Ahora estoy asumiendo el control para liberarla de su encanto (Spears, 2009).
Para poner en contexto hablemos de Britney Spears pasando por el año 2007, un año repleto de medios masivos de comunicación en su contra porque esa mujer que era sexualizada por su agencia y por su propio padre decide dejar de obedecer y querer empezar a controlar su vida pero en medio de todo esto existían intereses de por medio meramente llenos de un marketing que genera riquezas y poder en quien la administra.
Llega el 2009, una cantante rehabilitada quiere tomar el control pero no hay forma y lanza una canción sin autorización de su disquera, la respuesta fue mayor represión, en resumen, no hay democracia en su vida, es un marketing donde ella pierde y los demás ganan incluyendo todas las personas que la consumen.
Es por ello que desde el punto de vista económico – sexual, Hollywood tiene el mando sobre toda una población bombardeada de tecnología donde los algoritmos nos muestran lo que queremos ver y nos manipulan de acuerdo a lo que buscamos en google y lo que hablamos con lxs demás, las poblaciones queer son atacadas constantemente con anuncios en YouTube o en Facebook sobre una falsa inclusión, nos venden a artistas que no manejan su propia vida y que son hipersexualizadas puesto que lo que más vende es el sexo, nos venden una canción que lleva la palabra “bitch” o “sexy” nos venden coreografías en poca ropa con personas del mismo sexo besándose, nos venden personajes de series homosexuales que en la vida real son heterosexuales.
En resumen me encantaría opinar lo contrario pero lamentablemente los hechos hablan por sí mismos, solo somos representaciones sociales hechas por otra persona para posteriormente ser destruida y adquirir una representación propia que finalmente será ejecutada por el marketing, en este caso específico: somos la trágica historia de una falsa reina.
Bibliografía
Foucault, M. (1999) Vigilar y castigar; Nacimiento de la prisión. Medellín. Siglo XXI. Ed. 29
Gonzáles, F. (2006). Investigación cualitativa y subjetividad. Guatemala: Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.
Habermas. J. (2008). Teoría de la acción comunicativa vol. 2. México, D.F.: Taurus. Madonna (2003) Hollywood. En American Life [CD] Londres, Inglaterra.: Warner Bros.
Mead, H (1999). Espíritu, persona y sociedad: desde el punto de vista del conductismo social. México: Paidós.
Nacional de Colombia. 9(2). ISSN: 2027-2391.
Preciado, B. (2017) “Historia de una palabra: QUEER”. Parole de queer. http://paroledequeer.blogspot.com/p/beatriz-preciado.html
Spears, B. (2009) Mona Lisa. En The Singles Collection [CD] Los Ángeles, Estados Unidos.: Sony Music.
Valencia, J & Marín, M. (2017) El panóptico más allá de vigilar y castigar.










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