Coronavirus: Una crónica sobre el confinamiento
- javierenriquez
- 15 nov 2020
- 3 Min. de lectura
El coronavirus ha arrasado por completo en todo el globo terráqueo, por todos los lugares en los que se observe, existe por lo menos un caso de este virus altamente mortal para todos los seres humanos, acompañado de trastornos de ansiedad, estrés y estrés postraumático, procesos de duelo complicados, ya que hay familias que no pierden a una persona sino a dos o más en un mismo mes, la economía cada vez cae más en picada y nuestros gobernantes prefieren preocuparse por sus índices de popularidad para no ser desterrados de un gobierno que no saben llevar a flote, ponen el ejemplo de que no usar cubre bocas está bien y dan a entender que hay personas inmunes al COVID-19, caen en el populismo en medio de un apocalipsis sanitario.
Entonces aparecen estas personas que en las redes sociales les hacen llamar “COVIDIOTAS”, quienes dicen que el virus es inventado por el nuevo orden mundial, quienes van a fiestas desde el mes de abril y no soportaron estar en confinamiento ni un mes entero porque, qué dirán de ellos si no van a la fiesta del año, también están los que copian el ejemplo de nuestros gobernantes y salen a las tiendas y grandes centros comerciales sin cubre bocas, porque les arruina el “outfit”.
En tercer acto tenemos a los dueños de negocios grandes, medianos y pequeños, se resisten a cerrar ciertos días y a ciertas horas, no acatan las ordenes de tener gel antibacterial y un filtro de sanidad adecuado, se vuelven tendencia en redes sociales y por fin el gobierno hace algo bien (a medias) se va a penalizar a todo aquel negocio y persona que no use cubre bocas, esto con el fin de mitigar contagios.
Pero nada es como un libro bien contado de Disney, al menos para las personas que no ocupan cargos públicos de treinta mil pesos mensuales asegurados.
La gente en México cada vez empieza a enfermar con mayor regularidad, se incrementan las cifras cuando en España, Italia y Estados Unidos están por reportar cantidades exageradas de infectados y empiezan una nueva curva, la gente aún piensa que no es nada grave e inventan canciones y organizan fiestas para darle la bienvenida a la nueva cepa del Coronavirus porque en México todo va más lento.
El cuarto acto nos trae la realidad, cientos de muertos en nuestro país al día y miles en todo el mundo, en las estadísticas un 10% de mortalidad mundialmente, y ¿Qué es lo que seguimos haciendo? La respuesta es fácil: crearnos un mundo de caramelo donde si tenemos algunos síntomas, tomamos remedios caseros o nos auto medicamos en lugar de acudir a realizarnos la prueba, salimos a las calles como si fuéramos inmortales, los antros y bares han abierto y adivinen, acudimos a ellos, nos mezclamos y luego saludamos a nuestra familia, tal vez fuimos asintomáticos pero las personas que nos rodean no y mueren.
Como quinto acto final tenemos la censura por parte de las televisoras más famosas en México (Televisa y TV Azteca), prefieren mostrarnos la carrera presidencial de Biden y Trump a trasmitir la cruda realidad centrada en la muerte en las calles, en el metro y estaciones de autobuses, personas desvaneciéndose, muriendo a la mitad de la calle, médicos sin darse abasto y al mismo tiempo como los abuchean y los discriminan por la ignorancia de algunas personas.
En estos últimos meses de pandemia el panorama no es alentador, sino todo lo contrario, se espera los casos sigan aumentado en altos índices hasta final de año, las muertes seguirán en todo el mundo y la economía florecerá en una flor marchita.
Pero tengamos esperanza porque eso es lo que se nos dice a diario, vendrá Navidad, la época de alegría y festejo en todo el mundo, donde la familia se reúne, y este año en esa época estoy por completo seguro que los casos se multiplicarán y el virus no desaparecerá porque parece que los seres humanos somos idiotas y preferimos enfermarnos y contagiar a gastar 20 o 30 pesos en un cubre bocas, vamos a preferir a abrazar a toda nuestra familia y amigos el 24 de diciembre y el 31 a estar separados por un año, la frase típica será, “puede que este sea el último año de vida, así que no lo sacrificaré”, y no digo que no estén en lo correcto, puede ser que ya no lleguemos al aniversario del COVID.
Y así continuaremos, estresados, guardados, con múltiples trastornos, con clases en línea donde una gran parte de profesores no están capacitados, sin poder ver a nuestras familias o amigos, perdiéndonos de una gran época, los 2020, una nueva era donde la música pop y rock de los 80 regresa y nosotros nos molestamos porque no podemos ir a bailar a los antros las nuevas canciones de Dua Lipa, Gaga, Cyrus o Bad Bunny.
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